¿Cuándo es el momento ideal para que un vehículo sea reemplazado? Para International, crear una estrategia de reemplazo no tiene una fórmula única, pues dependerá de cada flota y factores como el tamaño, la edad de las unidades y aplicación.

En su Guía para estrategias de renovación de unidades, la marca reconoce que para muchas empresas de autotransporte , el momento de reemplazar y/o renovar un vehículo llega cuando queda fuera de servicio; sin embargo, esto les impide cumplir el verdadero objetivo de administrar el ciclo de vida de sus vehículos: que “envejezcan” de manera uniforme y equilibrada, sin generar gastos adicionales.

Por ello, compartió las tres estrategias que, en general, se utilizan en la industria para sustituir vehículos, cuáles son sus ventajas y sus desventajas.

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 1. Reemplazo por antigüedad y/o kilometraje

International explica que mayoría de las empresas usan este enfoque, que consiste en sustituir un vehículo cuando cumple con cierta antigüedad o kilometraje recorrido. Si bien los números varían, en el sector se estima que la vida útil promedio de un camión es de 10.5 años. 

Sin embargo, muchas flotas públicas y privadas en México suelen exprimir la vida útil de sus unidades al máximo; de hecho, los datos más recientes de la Dirección General de Autotransporte Federal (DGAF) revelan que la edad promedio de los vehículos de carga en México se coloca en los 19.32 años.

El problema, precisa la marca de Navistar, es que dejar que un camión trabaje casi 20 años, aumenta considerablemente el tiempo de inactividad y el exceso de gasto en combustible, refacciones y mantenimiento.

Si bien esta estrategia es fácil de implementar y elimina la subjetividad al momento de decidir el ciclo de vida de los vehículos, un enfoque en los años de vida o en los kilómetros recorridos podría no considerar otros factores económicos y operativos primordiales. 

2. Análisis del costo del ciclo de vida

Con este enfoque, las flotas analizan el costo total de propiedad y los costos operativos de los activos individuales. Se trata de una metodología en la que se establecen pautas y recomendaciones de reemplazo basadas en el tipo de vehículo, asimismo, se evalúa de forma individual si deben permanecer en servicio o no.

International señala que típicamente, los parámetros para analizar el costo del ciclo de vida son:

  • Costo de compra del vehículo.
  • Gastos de mantenimiento (incluido el preventivo y correctivo).
  • Cantidad de kilómetros recorridos u horas utilizadas por año.
  • Costos de tiempo de inactividad.
  • Gastos de combustible.
  • Depreciación anual.
  • Costos de obsolescencia.
  • Valor residual.

La compañía aclara que cuanto más especializado sea un vehículo, más probable será que necesite mantenerlo en servicio durante un periodo de tiempo más largo. Los costos de renovarlo, en este caso, tendrán que ver tanto con el precio de venta como con el tiempo que tome adquirir e incorporar un nuevo vehículo.

Aunque es una estrategia tiene un enfoque integral y flexible, este análisis implica evaluar una serie de parámetros cuantificables como el tiempo de inactividad y la obsolescencia, que pueden variar bastante dependiendo de la unidad. International reconoce que es probable que las flotas no puedan establecer una regla única para evaluar los factores que determinan cuándo es momento de cambiar de modelo.

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3. Análisis del umbral de costo-efectividad

Este enfoque consiste en reemplazar un vehículo cuando el costo de repararlo supera un monto límite establecido. Determinar el punto en que los costos de reparación excedan el valor del vehículo implica examinar las tendencias históricas en los costos de reparación a lo largo del tiempo. 

International revela que se estima que cualquier unidad con costos de mantenimiento que representan el 30% o más del valor residual, debe evaluarse para su reemplazo.

La ventaja de este esquema es que estableciendo un buen análisis de datos, las flotas tendrán la oportunidad de optimizar tanto la vida útil del vehículo como los costos de mantenimiento. Sin embargo, aunque se supervisen a detalle todos los gastos de mantenimiento y reparación, hay situaciones donde los gastos pueden exceder inesperadamente el valor de la flota.

La armadora señala que cualquiera que sea el enfoque que se adopte, es necesario contar con datos de cada vehículo y, sobre todo, tener capacidad de analizarlos. Entre la información que se debe tener están:

  • Kilometraje
  • Antigüedad
  • Costo por kilómetro: donde se consideran gastos como: operador, combustible, mantenimiento, seguro, impuestos y tarifas, depreciación y financiamiento, por mencionar algunos. 
  • Historial de la unidad
  • Reportes históricos de los gastos del vehículo

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Eso sí, antes de reemplazar o renovar la flota, International recomienda tomar en cuenta una planificación de presupuesto, los objetivos comerciales de la compañía –es decir, evaluar las verdaderas necesidades de operación, la cantidad y el tipo de vehículos que se requiere–, considerar opciones de arrendamiento o financiamiento.

La armadora señala que desarrollar una buena estrategia de sustitución de flota tiene múltiples beneficios que van desde reducir costos hasta mejorar el servicio hacia tus clientes.

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