Desde la trinchera de la Conatram, su Presidente Nacional, Elías Dip Ramé, explica que la pandemia del COVID-19 vino a complicar muchos de los procesos en la cadena logística, pues el paro de actividades no esenciales y la desaceleración económica afectaron considerablemente al sector, sobre todo los primeros tres meses. 

Sin embargo, con la reapertura paulatina de actividades, la demanda de transporte también aumentó y, hacia el cierre de año, entre el Buen Fin y la temporada decembrina, el movimiento de la flota también mejoró, aunque todavía lejos de los niveles de 2019.

Elías Dip considera que lo más urgente es atender los obstáculos históricos del autotransporte: el eternamente postergado Reglamento de Grúas, los trámites de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, la inseguridad carretera y la renovación vehicular, por mencionar algunos. 

“Y es que mientras las autoridades no resuelvan esto, nosotros somos los que tenemos que lidiar con los empresarios de grúas que cobran hasta 10 veces más lo que marcan las tarifas. En cuestión de robos, cada vez es más complicado hacer válida una póliza de seguro y encima, la pandemia, que nos ha dejado poco flujo para renovar la flota”, señala el líder transportista.

Dip Ramé recuerda que las licencias federales para los operadores que ya habían vencido durante la pandemia tienen vigencia hasta el 30 de junio.

“Un hombre-camión, por ejemplo, a quien se le venció su licencia en enero o febrero del año pasado y ya no pudo renovarla por la pandemia, hoy tiene un dilema: por un lado, hay menos fletes, y por otro, los pocos que le caen los debe hacer sin licencia; de modo que si tuviera un percance, pues la aseguradora no le responde. No está fácil para nadie”.

¿Incapacidad o corrupción?

En el caso de las grúas, Elías Dip detalla que se trata de un problema cada vez más viejo, que han tratado con diferentes funcionarios de la SCT. En todos los casos, siempre los han escuchado, pero nunca se ha materializado en detener los abusos de quienes prestan este servicio. 

“El empresario de grúas que abusa está coludido con los ministerios públicos, corralones y, naturalmente, con la Guardia Nacional, solo así se explica que sigan cobrando lo que quieren, sin que nadie haga algo al respecto.

“Recientemente, el titular de la SCT fue a comparecer ante los diputados, y lo único que hizo fue invitar a varios participantes a dialogar en torno a las iniciativas y alternativas del sector, pero no dijo cuándo, ni cómo. Y así lo han venido haciendo por años. Más que palabras, necesitamos acciones”, añade.

“El programa de chatarrización nos conviene a todos”

Hace algunos años, el Gobierno federal suspendió el Programa de Renovación Vehicular y esto, de acuerdo con Elías Dip, se mezcla con que los vehículos han aumentado considerablemente, lo que supone un reto mayor, sobre todo para las pequeñas empresas del autotransporte, para las que era fundamental contar con el estímulo fiscal de la chatarrización.

“En muchos casos se trata de flotas con camiones viejos. Y por eso es necesario chatarrizarlos. De ahí la importancia del programa, que resulta en beneficio para todos, ya que si el Gobierno ofrece un estímulo a los empresarios, éstos tienen acceso a tecnologías más nuevas, limpias y seguras”, agrega.

Además, el Gobierno destina muchos recursos a programas ambientales, infraestructura carretera y a atender las consecuencias de los incidentes viales. Al tener una flota más nueva, estos índices disminuirían considerablemente. Solo es cuestión de resignificar y redireccionar esos presupuestos. 

Hacia un 2021 lento

Ante el panorama antes expuesto, Elías Dip opina que este año habrá de ser de recuperación lenta, en la medida en que no se tomen cartas en cada uno de estos asuntos, pues por mucho que aumente la demanda de transporte, la competencia desleal creará una brecha aún más grande. 

“Nosotros vemos una recuperación natural, impulsada por el T-MEC y el nuevo Gobierno en Estados Unidos; sin embargo, si las autoridades hicieran su trabajo y fueran sensibles a las necesidades del autotransporte, la recuperación sería más ágil y esto siempre será benéfico para todos”. 

Finalmente, hace un llamado para que todos los actores de esta industria trabajen juntos: fabricantes, proveedores, generadores de carga y los propios transportistas. La finalidad es que estén conscientes de la situación, que sean responsables ante la pandemia y estén dispuestos a hacer sacrificios importantes.