El precio promedio del diésel en México alcanzó los 27 pesos por litro desde abril y la expectativa del mercado y de los expertos en energía es que se mantenga estable en 2026, ya que el Gobierno mexicano cuenta con tres pilares estratégicos, como los estímulos al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), para evitar aumentos abruptos que afecten el bolsillo de los mexicanos.
“Tomando en cuenta la política fiscal del Gobierno federal, en la que el IEPS se actualiza con respecto a la inflación, se prevé que los precios del combustible también se muevan en línea con la inflación, pero no por arriba de ella, al menos no de manera sustancial”, explicó Arturo Carranza, director de proyectos de energía de la consultoría AKZA.
En ello coincidió Alejandro Montufar, CEO de PETROIntelligence, quien destacó que en México la volatilidad de los precios internacionales del diésel y las gasolinas es mitigada por la política de estímulos fiscales del Gobierno federal, lo que permite mantener una relativa estabilidad en el costo final para el consumidor.
Bajo este esquema, la variación porcentual de los precios promedio de los combustibles entre enero y noviembre de 2025 fue de aproximadamente -3.6% para la gasolina regular, 0.8% para la gasolina Premium y 0.7% para el diésel.
En el caso del diésel, el autotransporte es el principal afectado, al tratarse del principal insumo para la operación de los vehículos.
De acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Energía (CNE), desde el primer mes de 2025 los precios del diésel en México han superado los 26 pesos por litro, como se observa en la siguiente tabla.

¿Cómo evitar aumentos abruptos del diésel?
De acuerdo con Alejandro Montufar, de PETROIntelligence, el diésel es más sensible a los conflictos geopolíticos que la gasolina y, para 2026, existe la posibilidad de que, si las tensiones en el Mar Rojo o el bloqueo a Venezuela se intensifican, los fletes marítimos aumenten, lo cual podría anular los beneficios de un petróleo más barato y mantener el precio del diésel en los mercados locales.
No obstante, los expertos aseguran que en México se identifican tres pilares estratégicos que podrían evitar aumentos abruptos en su precio durante el próximo año:
- Estímulos al IEPS: El Gobierno federal tiene la capacidad de seguir utilizando el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios como un amortiguador fiscal.
- Mayor producción de Petróleos Mexicanos (Pemex): Con la consolidación de la refinería Olmeca o Dos Bocas, como se le conoce, y la puesta en marcha de la planta coquizadora de Tula, México incrementará significativamente su oferta interna de diésel de Ultra Bajo Azufre (UBA). Esto reducirá la dependencia de importaciones costosas y otorgará a Pemex un mayor control sobre el precio mayorista.
- Control de márgenes y combate al contrabando: El saneamiento del sector permite que los precios se fijen con base en costos reales de mercado. Al eliminar las distorsiones causadas por el combustible ilícito o huachicol, se garantiza que los márgenes de comercialización se mantengan en niveles razonables y transparentes.
“Gracias a la conjunción de estos factores, es probable que el precio del diésel en 2026 mantenga una trayectoria de crecimiento inercial que no supere la inflación anual estimada. Esta perspectiva sugiere una continuidad en la estabilidad plana observada durante 2025, caracterizada por pequeñas variaciones que brindan certidumbre al mercado nacional”, detalló Montufar.
El IEPS en el control de los precios
Si bien los precios del diésel en México se ven influenciados por el mercado internacional, no se determinan únicamente por este factor, sino también por la política gubernamental orientada a la estabilidad; por ello, los aumentos y las disminuciones en los costos internacionales no se trasladan al cien por ciento al consumidor mexicano.
En este contexto, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) publica cada viernes los estímulos fiscales que otorgará a las gasolinas y al diésel la semana siguiente. El monto de estos estímulos depende del comportamiento de los precios internacionales del petróleo.
Por ejemplo, cuando el petróleo sube, el gobierno otorga mayores estímulos y cobra menos IEPS; cuando el crudo baja, los estímulos se reducen y se cobra el impuesto completo.
Desde el 12 de abril pasado, el Gobierno retiró el estímulo fiscal al diésel, por lo que el mercado paga la totalidad del IEPS correspondiente a 7.0946 pesos por litro.
En el caso de la gasolina menor a 91 octanos, conocida como gasolina verde, el impuesto aplicable es de 6.4555 pesos por litro y, al igual que el diésel, se mantiene sin apoyo fiscal desde el 12 de abril.
A partir del próximo jueves 1 de enero, el IEPS se elevará 3.8%, en línea con la inflación, por lo que el impuesto para el diésel quedará en 7.3634 pesos por litro y para la gasolina verde será de 6.7001 pesos por litro.
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Ambos petrolíferos terminarán 2025 sumando 38 semanas sin apoyo; sin embargo, para las gasolinas existe un acuerdo entre el Gobierno y empresarios que ha permitido establecer un precio tope de 24 pesos por litro al público en lo que va del año.
Los expertos en energía coinciden en que, para que el diésel también sea integrado en un pacto voluntario que fije un precio objetivo, sería necesario que su costo presentara un crecimiento superior a la inflación.
Hasta el momento, esta condición no se ha cumplido debido a la estabilidad de los precios internacionales y a que la inflación general se ha mantenido dentro de los rangos objetivo del Banco de México (Banxico), que es de 3% +/-1 punto porcentual.
De hecho, al comparar el valor promedio nacional de enero de 2025 con el de noviembre del mismo año, el precio del diésel mostró una variación de apenas 0.7%, lo que evidencia un comportamiento sumamente estable.
“De decidirse la formalización de un pacto voluntario para el diésel, existe una apertura clara por parte del sector para colaborar en su establecimiento. Esta disposición prioriza la certidumbre operativa y la protección del mercado y del consumidor final”, afirmó Alejandro Montufar, CEO de PETROIntelligence.
La refinación como motor
A pesar de los avances significativos en el Sistema Nacional de Refinación y la entrada en operación de la refinería Olmeca, México aún no alcanza la autosuficiencia total en diésel; sin embargo, la dependencia de las importaciones ha mostrado una reducción histórica durante 2025.
En noviembre, último dato disponible, Pemex aumentó a 72.41% su producción de diésel y a 31.44% la de diésel Ultra Bajo Azufre; este último fue su mayor avance para un mismo mes desde 2022.
Respecto a las importaciones, Pemex redujo sus compras de diésel en 56.19%, su nivel más bajo desde noviembre de 2015.
No obstante, México aún compra en el extranjero aproximadamente 37% del diésel necesario para abastecer el mercado nacional.
La meta de Pemex es que, al cierre del sexenio de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, en 2030, 80% de los petrolíferos consumidos en el país se produzcan en sus siete refinerías ubicadas en México.
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