La Unión Internacional de Transporte por Carretera (IRU, por sus siglas en inglés) y las asociaciones de turismo de la Unión Europea (UE) pidieron a las autoridades que en las próximas negociaciones sobre la extensión del Sistema de Comercio de Emisiones a edificios y transporte por carretera (ETS II), haya pragmatismo para alcanzar un régimen «justo y adecuado».

A través de un comunicado, el organismo transportista y el sector turístico solicitaron a los parlamentarios europeos que durante las próximas negociaciones tripartitas se tomen en cuenta elementos como un ETS II que incluya a todos los automotores, una fecha realista para subastar y entregar obligaciones; así como tributación inteligente que no sobrecargue en exceso a las pequeñas y medianas empresas.

Sobre un «ETS II todo incluido», la IRU destacó que es clave que el transporte privado por carretera y los edificios formen parte del ámbito de aplicación en el momento de entrada en vigor de la legislación; de lo contrario, la carga del límite se aplicará solo a las empresas que son solo una pequeña parte de los usuarios.

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Señaló que sector turístico, duramente golpeado por la crisis del COVID, se enfrenta ahora a altos precios de la energía, el gas, la electricidad y los alimentos; que en combinación con la escasez de mano de obra y la alta inflación, podrían dañar la frágil recuperación del sector y este sistema de comercio de emisiones no debería amenazarlo más.

«Lo mismo se aplica al sector del transporte comercial por carretera. Excluir los automóviles privados conduciría a un alejamiento del transporte colectivo de pasajeros hacia un aumento en el uso de automóviles privados», indicó en el documento.

Sobre la fecha para subastar y entregar obligaciones, reiteró que la propuesta para iniciar en 2027 y 2028, respectivamente, con estos puntos representa «un calendario más realista» en comparación con los plazos más breves propuestos por la Comisión Europea y el Parlamento.

Y consideró que la industria necesita tiempo suficiente para adaptarse; además de que el ETS II debe alinearse con la legislación de infraestructura de combustible alternativo que se está discutiendo actualmente.

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Sobre la advertencia para evitar una tributación múltiple, la IRU apuntó que industria del turismo está en total desacuerdo con la propuesta del Parlamento Europeo de agregar impuestos y cargos nacionales a las emisiones de CO₂, adicional al nuevo cargo ETS, ya que esto representaría una carga extrema para las microempresas, que son el 90% del sector de la hostelería, y las pymes.

«Las asociaciones apoyan plenamente el enfoque del Consejo que tiene en cuenta múltiples aspectos fiscales. De hecho, el enfoque general del Consejo permite a los Estados miembros de la UE eximir a los proveedores de la entrega de derechos de emisión hasta finales de 2030 si ya están sujetos a un impuesto sobre el carbono a nivel nacional».

Destacó que las industrias del turismo y el transporte comercial por carretera están de acuerdo con que los ingresos del ETS se utilicen para apoyar la transición ecológica a través de la reinversión en el sector del transporte y los edificios, lo que resulta en ahorros de energía y recursos, así como en la reducción de CO₂ y contaminación.

«Las asociaciones esperan que se llegue a un acuerdo equilibrado y que el Parlamento Europeo sea capaz de apoyar la posición pragmática y sensata del Consejo sobre estos puntos», finalizó el organismo transportista.

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