En este escenario de crisis, las flotas buscan opciones financieras para continuar con sus operaciones. Las empresas familiares, con sus particularidades y retos, también buscan opciones y una de sus principales interrogantes, es si es momento de permitir el ingreso de inversión de terceros en su compañía.

Mario Doria, profesor jubilado del Tec de Monterrey y consultor independiente, responde que sí. “La familia puede permitir la entrada de capital nuevo necesario y si ese llega con el 40% de las acciones, la familia sigue tomando las decisiones”, señala.

En este sentido, el experto agrega que, aún con la inversión de terceros, ésta sigue siendo una empresa familiar; sin embargo, ahora se obliga a rendir cuentas a un tercero, lo que a su vez trae beneficios en cuanto a la profesionalización de la organización.

“Eso es una maravilla para profesionalizar empresas porque el tercero tiene la facultad absoluta de exigir que haya un consejo, que haya reuniones, que haya formalidad, que se cumplan los compromisos, aunque sea accionista minoritario”, compartió en entrevista para TyT.

Asimismo, consideró que el proceso de sucesión se vuelve más sencillo, porque si tengo un tercero tiene determinado porcentaje de participación en la empresa, tiene el derecho a exigir que el sucesor se prepare y que lo haga bien.

“Entonces, el proceso de sucesión se vuelve controlable cuando hay un accionista minoritario», reiteró Doria.

Leer: Profesionalización, la ruta a la sucesión exitosa en empresas familiares

Por otro lado, Mario Doria reconoció que otra vía para que una empresa familiar sobreviva es establecer alianzas o intercambiar acciones en una joint venture, para atacar un mercado diversificado a través de varias empresas especializadas. Eso sí, dar este paso requiere que la compañía ya tenga cierto grado de profesionalización.

Finalmente, el entrevistado reconoce que esta crisis es derivada de una pandemia extraordinaria, por lo que la situación que las empresas viven es única. En el caso de las empresas familiares, les ha obligado a sacar dinero de su patrimonio personal.

Esto, dijo, no es una solución contundente pues no hay situaciones comparables a otros contextos anteriores; sin embargo, la profesionalización es siempre la opción, y la inversión de terceros abona a alcanzar ésta.