Los cuellos de botella en el transporte marítimo, la escasez de contenedores y las tarifas de los fletes provenientes de Asia en máximos récord generan temores sobre un posible desabasto de productos para las compras de El Buen Fin y la Navidad. 

Al respecto, Fernando Ruiz Huarte, director general del Consejo Mexicano de Comercio Exterior (Comce), sostiene que los tiempos de espera en los puertos pueden ocasionar que mercancías no lleguen a tiempo para ser exhibidos en las tiendas para su venta en la temporada alta que está por llegar. 

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Hay un pequeño riesgo de que ciertos productos (no estén en los anaqueles), si no salieron a tiempo; lo que puede afectar son los temas de congestionamiento (en los puertos)”. 

Puso como ejemplo el Puerto de Manzanillo, donde los contenedores tenían tiempos de despacho de importación de entre siete y ocho días, los cuales ahora superan, incluso, los 20 días. 

Hay congestionamiento en los puertos del Pacífico y los bloqueos del ferrocarril tampoco ayudan, las empresas tiene que buscar al autotransporte para llegar a los centros”. 

En declaraciones por separado, Arturo Pérez Santader, director de Operaciones de Vafana Global Consulting, no descartó que pueda observarse un desabasto de productos importados desde Asia para la temporada de fin de año, que inicia con la celebración de El buen Fin en noviembre. 

El especialista expuso que, con el incremento de la demanda de transporte marítimo, entre julio y agosto, como parte de los procesos logísticos para atender las ventas de la temporada alta, llegó también el incremento de las tarifas, aspecto que frenará las importaciones de algunas empresas. 

El aumento de la demanda provoca otro incremento dramático en los fletes para romper los 15,000 dólares y, en ese caso, algunas empresas decidirían esperar, porque los fletes llegan un nivel prohibitivo”. 

De acuerdo con el Índice Mundial de Contenedores de Drewry, las tarifas de los fletes en el transporte marítimo en la ruta Shanghai-Nueva York superaron los 16,000 dólares en la primera quincena de septiembre, mientras que, hasta este 30 de septiembre, el índice general se mantiene por arriba de los 10,361 dólares.

Pérez Santader añadió que además de la interrupción de la proveeduría, los consumidores enfrentarán mayores precios. 

«Independientemente de que las empresas busquen una fuente diferente de suministros o reorienten sus mercados de exportación donde no impacte tanto el costo del flete, quien termina pagando todos esos costos es el consumidor final. Y lo veremos reflejado en un incremento en los precios, y eso se traduce en algún momento en presiones inflacionarias», sostuvo el también catedrático de la Universidad Iberoamericana.

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