Los cambios al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), en los que se eleva a 70% el contenido regional de acero a revisión en siete años, afectará la competitividad de la industria automotriz, sostuvo el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

 

El acuerdo modificatorio del T-MEC, firmado la semana pasada en Palacio Nacional, incluye un alza a 70% el contenido regional de acero en las exportaciones industriales para dentro de siete años y revisar en 10 años la regla para el aluminio.

 

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Esta modificación se suma a las restricciones ya previamente incluidas en el T-MEC de regla de origen regional para el 70% de los automóviles y partes y el requisito de que el 40% del empleo incluido en las exportaciones del sector ­— autos y partes— se pague a 16 dólares la hora, más del doble de lo que se paga actualmente en promedio en autos y cuatro veces en partes.

 

“Todas estas reglas disminuyen de entrada la competitividad del sector automotriz mexicano respecto al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), aunque en el largo plazo podrían desarrollarse nacionalmente las capacidades para recobrarla”, sostuvo el CEESP.

 

En declaraciones por separado, Eduardo Solis, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), reconoció que la incorporación del planchón de acero a las reglas para que siete años después de entrado en vigor el Tratado sea de la región es un gran reto, en específico para las acereras.

 

“El plachón de acero tiene que ser de la región después de siete años. En principio entrará en vigor la regla, con el acero de la región, pero el planchón tendrá que ser de la región después de siete años, ese es el gran reto (…) e implicará unas fuertes inversiones de las acereras en México y Estados Unidos”, expuso.

 

Añadió que concluye un año complicado, mientras que 2020 será un reto tanto para las exportaciones, pese a que Estados Unidos – el principal destino de la producción nacional—ha mantenido la demanda de vehículos, como en el mercado interno.

 

“2020 es un reto, empezando por el mercado interno; sin duda, sacarlo de ese bache se requiere el tema de la certidumbre, y yo les digo a ustedes, el que el T-MEC se apruebe repercute en la inversión (…) Vamos a ver que el T-MEC puede ser el detonador de certidumbre, de mejorar variables macro, de mejorar el ambiente de inversiones”, externó.

 

Otro aspecto relevante que está en la mira de los empresarios mexicanos son los agregados laborales que tendrían la facultad de, en caso de detectar alguna anomalía sindical en las empresas manufactureras exportadoras establecidas en México, podrían causar el paro de líneas de producción, afirmó Francisco Cervantes, presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin).

 

En el caso del sector automotriz, aseguró, que la industria es lo suficientemente fuerte en México para resistir modificaciones. “La industria automotriz es uno de los pilares de la economía, México es el sector productor de automóviles (…) y nos debemos mantener, y estos (cambios en el T-MEC) no será la excepción», sostuvo.