Rosio Berenice está acostumbrada a ir contracorriente. Que una actividad fuera «exclusiva» para los hombres no la detuvo hace unas décadas y hoy tampoco en sus ganas por entrar al autotransporte como operadora, para cumplir su sueño de conducir un tractocamión, hacer carretera y tener un trabajo que la apasione.

Ella no viene de una familia transportista. Su padre ganaba el sustento familiar como albañil y su madre se dedicaba al hogar; un hermano fue el que dio los primeros pasos en el autotransporte, y desde joven Rosio Berenice Aguilar Higuera comenzó a tener interés por el transporte y otras actividades en las que rara vez había presencia de mujeres.

«Siempre me han llamado la atención los oficios y profesiones que eran exclusivamente de hombres. En secundaria estudié electrónica, en un grupo de 50 donde solo habíamos dos niñas. Después, en bachillerato, fui la única en Informática, cuando en los 90s era muy raro que escucharas de mujeres informáticas», cuenta a TyT esta mujer de 41 años y una de las siete mujeres que egresaron hace unas semanas de la Especialidad de Conductor de Tractocamión del semillero en el Cecati 144 de Tijuana, Baja California.

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Foto: Cortesía.

Con estudios de licenciatura en Administración por el Tecnológico de Tijuana y con especialidad en Mercadotecnia, Rosio Berenice estudió Pedagogía en el Centro de Actualización del Magisterio y desde hace más de 16 años trabaja en la Secretaría de Educación Pública, donde actualmente se desempeña como jefa del Departamento de Control Escolar en Playas del Rosarito.

Decidió inscribirse en el curso del Cecati 144 cuando escuchó de una amiga transportista que pronto comenzaría una nueva generación. Y en esta ocasión su rol como madre y su trabajo como funcionaria pública no serían un obstáculo para madrugar, trasladarse de Rosarito a Tijuana, leer reglamentos y fichas técnicas, y acudir a las prácticas de manejo, para obtener su licencia internacional.

Rosio Berenice cuenta que otro temor que enfrentaba era el estigma de la edad, pues a sus 41 años pensaba que sería un gran impedimento para ingresar a este sector y mucho más para conducir un tractocamión; no obstante, conforme fue conociendo más gente en esta actividad descubrió que hay muchas mujeres que quieren ser operadoras y que lo mismo hay jóvenes de veintitantos años y mujeres de 45 o más años de edad.

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«Yo pensé que iba a ser algo raro (una mujer operadora) y sobre todo por mi edad, yo tenía ese prejuicio, que ya estoy como grande para andar en esto; y pues no, hay compañeras que tienen 45 o 50 y que apenas tienen un año o dos años y medio manejando. Entonces, no estoy tan perdida», comenta.

Recuerda que en el curso del Cecati era la mujer de mayor edad y la única que era mamá, y que algunas de su compañeras tenían apenas poco más de 20 años, lo que considera un avance muy importante en este sentido, ya que a esa edad ellas están diciendo trabajar y capacitarse como operadoras; y hace algunos años, resalta, no se tenía esa facilidad, las que querían aprender este oficio tenían que hacerlo con el papá, el hermano o algún familiar.

Las mujeres ganan espacios en el autotransporte

Así como Rosio Berenice y otras que se suman a la conducción, las mujeres avanza de forma paulatina en una industria que históricamente tiene una amplia presencia masculina.

Entre 2016 y 2019, la presencia de las mujeres en el transporte de carga pasó de 8.77 a 11.84%, de acuerdo con la Encuesta Anual de Transportes (EAT) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

En 2019, los empleos dependientes de la razón social de las empresas de autotransportes totalizaron 204,757.0 puestos de trabajo; de estos 24,242 son ocupados por mujeres.

Uno de los cambios más significativos se muestra en el personal de conducción, apoyo y mantenimiento, el cual se triplicó de 2016 a 2019, donde la presencia femenina pasó del 1.01% al 3.3%; es decir, que de las 149,407 personas que ocupan algún puesto en estas áreas, 4,932 son mujeres.

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Foto: Cortesía.

Un sueño y la esperanza de vivir mejor

Rosio Berenice destaca que además de cumplir su anhelo de conducir un tractocamión por las carreteras del país también espera una mejor calidad de vida, pues el aspecto económico es un aliciente para dejar el servicio público en el que ha trabajado los últimos 16 años.

Relata que su amiga Lorena dejó su trabajo como maestra de preescolar y decidió dejar su carrera para sumarse de lleno al autotransporte, quien le dijo que sus ingresos mejoraron ahora que tanto ella como su esposo se dedican al traslado de mercancías, y que los ingresos que tenía en un mes como docente hoy los obtiene en dos semanas.

Un operador de tráiler gana en promedio 11,589 pesos mensuales; con sueldos desde 6,000 pesos al mes para los niveles iniciales y hasta 20,000 para los más experimentados, de acuerdo con el portal de reclutamiento Talent.mx; mientras que Glassdor estima que el salario base promedio es de 19,414 pesos, y puede incluso llegar a los 40,000 dependiendo de la experiencia del conductor.

Con el curso terminado, su licencia en mano y las ganas de salir a conducir, será a partir de 2022 cuando Rosio comience a rodar en las carreteras, ya que antes debe dejar en regla otros pendientes en su actual trabajo, así como organizar su vida personal y familiar. Como sea, su sueño es ya una realidad.

La integración de Rosio Berenice y otras mujeres al autotransporte podría ayudar ante la escasez de operadores que hoy afecta al sector, uno de los principales desafíos, como han señalado directores de diversas empresas transportistas, ya que la falta de personal que opere los vehículos es un tema prioritario para cualquier compañía al aportar a la eficiencia operativa (reducir el número de unidades detenidas) y permitir cumplir con las exigencias del mercado.

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