Un año después del arribo de la pandemia a México, el autotransporte turístico se mantiene presionado por las restricciones al sector servicios, por la cautela de la población para realizar viajes por el temor a contagiarse de COVID-19 y por el débil estado de la economía de los hogares.

Las previsiones apuntan a que la plena recuperación del turismo llegará hacia finales de 2022, esto significa que será hasta entonces cuando el autotransporte dirigido a este rubro volverá a circular por el carril de alta velocidad. 

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En el arranque de 2021, la llegada de turistas internacionales al país estaba 53.6% por debajo de la demanda de 2020, y la ocupación hotelera era de apenas 25 por ciento, de acuerdo con datos de la Secretaría de Turismo (Sectur).

Estos indicadores reflejan la crítica situación en la que se mantiene el servicio de transporte turístico en México. De acuerdo con la Cámara Nacional del Autotransporte de Pasaje y Turismo (Canapat), al primer cuarto del año, el transporte de paseantes mostraba una operación de 35% respecto a su desempeño de 2019.  

En el caso de las empresas que aglutina la Alianza Nacional de Transportadoras Turísticas (ANTT), al cierre del primer trimestre del año el servicio permanecía prácticamente detenido, con solo 5% de la flota que la conforma en movimiento.

Para este segmento, el periodo vacacional de Semana Santa significó solo un lapso breve que llevaría a 15% la demanda de sus servicios –de acuerdo con sus estimados–, nada significativa para aliviar sus deterioradas finanzas.

A corto plazo, Gabriel Casillas, presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), estima que habrá un tercer brote de contagios por COVID-19 y, pese a que será más leve que el vivido entre diciembre y enero, retrasará la recuperación de los giros relacionados con la actividad turística.

El año pasado, el índice que mide los ingresos por los servicios de esparcimiento, culturales y deportivos cayó a un ritmo promedio de 54 por ciento, mientras que en el de los servicios de alojamiento y preparación de alimentos y bebidas la contracción fue de 38% anual, de acuerdo con el indicador publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). 

En esta ocasión, Casillas Olvera fue más optimista al decir que, en caso de regresar a semáforos rojos, éstos no serán los mismos que en 2020, pues hay más actividades productivas en operación, lo cual ayuda a que el impacto en los servicios y la economía de la población sea menor.

Sin embargo, reconoció que “hay mucho trecho por el que la industria turística y restaurantera tiene que avanzar para llegar a niveles precovid”, pues será el sector que más tiempo tardará en recuperarse. 

Consultada por TyT, Gabriela Siller Pagaza, directora de Análisis Económico-Financiero de Banco BASE, expuso que la completa recuperación de la actividad turística del país se dará a finales del próximo año o a inicios de 2023, debido a las distintas olas de contagios por SARS-CoV-2, mientras que, en el camino, la reactivación estará impulsada principalmente por dos factores.

El primero, señala la analista, se deberá al avance en la inmunización de la población en México y Estados Unidos, el principal mercado emisor de turistas que arriban al país; y el segundo, a que la población ha adoptado en su vida cotidiana cuidados sanitarios como el correcto uso del cubrebocas, la sana distancia y la desinfección de manos, lo cual genera más confianza para salir a pasear, después de un año de encierro.  

Poco dinero vs. nuevos hábitos 

Siller Pagaza estima que la ruta de la recuperación turística vendrá acompañada de un mayor uso del autotransporte, pues cuando la economía crece a ritmo lento, los vacacionistas recurren más a la vía terrestre para llegar a sus destinos, ante menores ingresos y la necesidad de cuidar el gasto.

Se prevé que habrá una fuerte recuperación de la demanda de autobuses hacia la segunda mitad del año y, en el caso del transporte aéreo, estará más relacionada con la venta de paquetes turísticos en el verano y en diciembre, mientras que por viajes de negocios aún permanecerá deprimida”. 

Gabriela Siller Pagaza, directora de Análisis Económico-Financiero de Banco BASE.

La economista sostiene que hay elementos suficientes para pensar en una mayor demanda de autotransporte turístico, pues la fuerte caída de 8.5% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2020, su lenta recuperación y un mercado laboral donde una buena parte de los puestos de trabajo se han creado en la informalidad, en la subocupación o con salarios menores, derivan en una “tremenda restricción de presupuesto” de los mexicanos.

De tal forma que, aunque quieran viajar en avión, no lo podrán hacer y los autobuses se convierten en una buena opción, a menos que la pandemia y el miedo a nuevos contagios hayan cambiado los hábitos de los paseantes.

Al respecto, Federico Noguez Cornejo, secretario de la ANTT, comparte que durante el periodo vacacional de Semana Santa, las empresas dedicadas al autotransporte turístico observaron una creciente preferencia por el uso de automóvil propio y el transporte aéreo.

Por otra parte, muchos paseantes optaron por la adquisición de paquetes todo incluido dentro de los hoteles –con la finalidad de exponerse lo menos posible–, situación que los deja fuera de las rutas que pueden recorrerse en autobuses o camionetas.

A Cancún llegó gente en vuelos y paquetes todo incluido; nosotros nos estamos quedando con la parte de traslados del hotel al aeropuerto, ya que no nos están contratando para hacer recorridos y menos los circuitos».

Federico Noguez Cornejo, secretario de la ANTT.

Otro fenómeno detectado por el servicio de transporte turístico es la contratación de viajes locales, es decir, turistas que viven en sitios de playa buscan otros atractivos dentro de sus entidades para disfrutar fuera de casa sin tener que ir más lejos.

De hecho, la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco Servytur) informó que en las pasadas vacaciones, los turistas estuvieron más dispuestos a viajar a lugares que no sobrepasan las 4.5 horas de desplazamiento por carretera, como medida de protección a su salud.

Es probable que esta tendencia se atenúe conforme avance el Plan Nacional de Vacunación del Gobierno Federal. 

Ruta en K para el autotransporte turístico

Mientras que solo el 5% de la flota con recorridos en sitios turísticos del centro y Bajío del país estaba en movimiento para el primer cuarto de año, en los destinos de playa la demanda llegaba hasta el 30 por ciento; este comportamiento refleja una recuperación heterogénea, de acuerdo con reportes de la ANTT.

La directora de Análisis Económico-Financiero de Banco BASE expone que ya se observa una recuperación en forma de K, donde los estados con playa se verán impulsados por el turismo internacional.

En el caso de Estados Unidos, dijo, la economía de los ciudadanos se verá beneficiada por los apoyos que están recibiendo, por la rápida recuperación del empleo y el acelerado proceso de vacunación, y ello los motivará a visitar México. 

Este factor, se pronostica, incrementará la demanda en el servicio de transporte aéreo en destinos como Los Cabos, en Baja California Sur; Puerto Vallarta y Guadalajara, en Jalisco; Monterrey, Nuevo León; Cancún y Cozumel, en Quintana Roo; y Mazatlán, Sinaloa.

Al mismo tiempo, compensará de forma parcial los efectos en la actividad turística de una población mexicana más afectada por los contagios y una economía de lenta recuperación. 

Restricciones en la frontera 

Otro aspecto que llegó para agudizar la situación del autotransporte turístico, fue la restricción de los viajes no esenciales hacia Estados Unidos para los mexicanos con visas tipo B1 o B2, implementación que hundió en 80% la demanda de viajes internacionales, como fue el caso de la empresa Greyhound Lines.

Un año después de la restricción, el Gobierno mexicano informó de su extensión hasta el 21 de mayo, pero solo para aquellos estados en semáforo de riesgo epidémico rojo o naranja. 

En entrevista para TyT, José Luis Moreno, Vicepresidente de Operaciones Hispanas de Greyhound Lines México, manifestó que en un inicio hubo un efecto adverso en la demanda, debido a que los usuarios no tenían claro para quién aplicaban las medidas impuestas por Estados Unidos

Sin embargo, con el paso del tiempo y con la reactivación de la economía fronteriza, los usuarios con doble nacionalidad o residencia en Estados Unidos elevaron la demanda del autotransporte. 

Sin duda, al limitar las restricciones a aquellas entidades mexicanas con máximo y alto riesgo de contagio, y con el avance en la inmunización de la población de los dos lados de la frontera, especialmente el estadounidense, el turismo dará un importante paso hacia su reactivación.

Sin embargo, Luis Moreno estima que la completa recuperación del autotransporte –a niveles precovid– llegará seis u ocho meses después de levantadas las restricciones. 

“Tenemos previsto que habrá un flujo importante de pasajeros una vez que se levanten las restricciones: por asuntos pendientes, por el hecho de que cada vez hay más gente vacunada en Estados Unidos y México”, expone el vicepresidente de la empresa que conecta a Monterrey con Tijuana, San Ysidro y Nuevo Laredo con distintos puntos de Texas y California, en EU, así como a estados fronterizos con el centro del país. 

En 2019, cuando la economía del país cayó por primera vez en una década, el PIB turístico fue de 8.5% y el ingreso de divisas a México procedentes de los viajeros internacionales fue de 24,563 millones de dólares.

Este importante motor mueve a una gran cantidad de transporte, servicio que aporta el 18.7% del valor turístico y genera 25.7% de los empleos dentro del sector.

Ahora las flotas dedicadas al autotransporte turístico avanzan a paso lento, y a un 30-40% de su capacidad de pasajeros a bordo –limitadas por las restricciones de cada estado– y con la mirada puesta en el ritmo de la reactivación económica y de la inmunización de la población.