El SARS-CoV-2 llegó para agudizar la salud de la economía de los estados de la República Mexicana, en especial la de aquéllos que más dependen del turismo, servicios y comercio. Para los que se dedican a la manufactura de exportación se prevé un menor golpe, por su relación con la demanda del mercado estadounidense. 

Al igual que en el resto del mundo, la actividad turística en México es una de las más afectadas por las restricciones de viajes y la movilidad de las personas, como medidas para evitar la propagación de la pandemia de SARS-CoV-2. Ello pone a Quintana Roo y Baja California Sur bajo la lupa. 

Leer: CCE confía en que AMLO lleve una agenda pro inversión a reunión con Trump

“Regionalmente, los estados que más perderían son los del sur; los del norte tienen mayores posibilidades de resurgir, porque es donde se concentra la mayor parte de la manufactura.

«Sin embargo, dada la problemática, los estados más propensos a tener una caída del PIB para este año son los que dependen del comercio, servicios y turismo”.

José Luis Martínez Marca, profesor de Economía Financiera en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). 

El nuevo Coronavirus llegó al país para profundizar esa brecha de desarrollo económico entre los estados del norte, centro y sur, sin que los proyectos insignia del Presidente Andrés Manuel López Obrador, como el Tren Maya –que se prevé genere 80,000 empleos directos este año–, se encuentren en el mapa como catalizadores que ayuden a las economías del sur-sureste a enfrentar la crisis a corto o mediano plazo. 

De acuerdo con el especialista, además de Baja California Sur y Quintana Roo; Guerrero, Oaxaca, Sinaloa y Jalisco también son destinos atractivos que sufrirán los efectos de un menor arribo de visitantes, y estimó que esas economías caerán más del 8 % pronosticado para el PIB nacional.  

Carlos Manuel Joaquín González, Gobernador de Quintana Roo, expuso que, de marzo a la segunda semana de junio, fueron cancelados 30,000 vuelos en el estado y 426 empresas, en su mayoría dedicadas a la construcción —y seguidas por el comercio y los servicios—bajaron la cortina, las cuales representan el 2.5% del total. 

Al tomar en cuenta que de cada 10 pesos que el estado genera, casi seis son aportados por el sector turístico, Joaquín González estima que la economía de Quintana Roo reportará una caída de 8.5% anual este 2020, desde un moderado crecimiento de 0.01% en 2019, según cifras desestacionalizadas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

El mandatario también calcula que esta industria alcanzará una recuperación de entre 50 y 60% para el cierre de año, y que será a finales de 2021 cuando consiga niveles de ocupación de entre 70 y 80 por ciento, registrados antes de la propagación del COVID-19 en América. 

Gabriela Siller Pagaza, Directora de Análisis Económico Financiero de Banco BASE, estima que el verano será la “prueba de fuego” para el turismo. Adelantó que los viajes de negocios tendrían una reactivación “muy moderada” a partir de septiembre, mientras que los de diversión o descanso iniciarían una recuperación a finales de año, impulsada principalmente por los jóvenes, quienes podrían comenzar a tomar el riesgo de viajar a los destinos de playa. 

El consumo es otra de las actividades más sensibles a los efectos del virus. Las ventas reportadas por la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD) registraron en abril una caída histórica de 22.9% anual, mientras que en mayo la baja se moderó a 19 por ciento, en tiendas iguales. 

De acuerdo con el INEGI la Ciudad de México, el Estado de México, Nuevo León, Jalisco, Veracruz, Guanajuato, Puebla, Baja California, Michoacán, Chihuahua y Tamaulipas se caracterizan por el peso que tienen el consumo y los servicios en su economía. Sin embargo, Oaxaca, Guerrero, Querétaro y Nayarit también son de los estados más afectados por la baja en sus actividades terciarias. 

En adelante, el rumbo del sector terciario estará marcado por el desempleo provocado por la crisis —entre marzo y mayo poco más de un millón de puestos laborales fueron dados de baja ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS)— y su impacto en la confianza de los consumidores, quienes, al tener incertidumbre, postergan compras de productos no básicos. 

El Banco de México (Banxico) estima que el Producto Interno Bruto (PIB) podría caer hasta 8.8% anual este 2020 y que se perderán entre 800,000 y 1.4 millones de empleos formales, de acuerdo con su Informe Trimestral del periodo enero-marzo. 

Estados, más dependientes de EU que de políticas de AMLO

BBVA estima que la recuperación económica de México será en forma de “raíz cuadrada”, es decir, una caída fuerte, con un rebote en 2021 y un prolongado estancamiento que podría extenderse hasta 2025.

Este proceso no estará definido, principalmente, por la política económica del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, sino por el ritmo de la economía de Estados Unidos, país que anunció estímulos fiscales equivalentes al 12.2% de su PIB. 

“En la medida en que el Gobierno de Estados Unidos eleve su gasto, el sector automotor, la producción de equipos de cómputo y electrónicos en México serán dinamizados por la recuperación de la economía de ese país”, considera el académico de la UNAM. 

Siller Pagaza refiere que la pandemia podría generar un cambio en el patrón de consumo de la población estadounidense e impulsar las ventas de autos, ante la desconfianza de viajar en transporte público y contraer COVID-19. Este efecto, añade, podría beneficiar a la industria mexicana hacia finales de año. 

Aquí es donde se verá un impulso en la manufactura de exportación instalada en el Bajío y norte del país, representada por la industria automotriz, la fabricación de tecnología, electrónica y dispositivos médicos, así como de insumos utilizados en la industria estadounidense. 

Leer: Venta de camiones en EU reporta nueva escalada en junio

Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí, Aguascalientes, Guanajuato, Jalisco, Estado de México, Puebla e incluso Hidalgo, Tlaxcala y Zacatecas se verían beneficiados por la presencia de armadoras y empresas participantes en la cadena de valor de la industria automotriz. 

Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, Gobernador de Guanajuato, estimó que la economía del estado caerá entre 3.5 y 7% este año, con un rebote de aproximadamente 3% para 2021.

Serán, dijo, los sectores agroalimentario, automotor, del calzado, textil-confección y desarrollo de tecnología como tarjetas electrónicas, programación de software, fabricación de chips y sensores, los que impulsarán la reactivación del PIB estatal. 

 Rodríguez Vallejo estimó que con la llegada de la armadora Toyota y la consolidación del clúster automotriz en el estado se mitigarán los efectos negativos de la pandemia en la economía local.

Entre los planes del mandatario está ampliar la línea de crédito del estado e impulsar la logística, con la creación de un crédito público-privado. 

Dosis de inversión contra el SARS-CoV-2

Para José Luis Martínez Marca la entrada en vigor del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) será un detonante para la atracción de Inversión Extranjera Directa (IED) debido a que su enfoque es el mercado externo, y México dirige más del 80% de su producción manufacturera hacia Norteamérica. 

Leer: No hay condiciones para aprovechar el potencial del T-MEC, sostiene el IMEF

En contraste, la directora de Análisis Económico Financiero de Banco BASE, consideró que los efectos de la pandemia en la economía mundial impedirán que la IED reciba un impulso inmediato con el nuevo Tratado.

Adicional, advirtió que el panorama para invertir en México es incierto, en especial tras la cancelación de la planta de Constellation Brands en Baja California, luego de una consulta ciudadana. 

El especialista en Economía Financiera de la UNAM añadió que, ante la falta de una política fiscal expansiva del Gobierno federal, la reactivación económica de los estados estará influenciada por las acciones de los gobernadores para invertir en proyectos productivos, generación de empleos y el financiamiento de empresas afectadas por el paro temporal de su productividad para frenar la propagación del SARS-CoV-2. 

Consideró que se debe prestar atención a la captación de remesas de cada entidad federativa, su capacidad para atraer IED, el gasto proveniente de la federación y a la adquisición de deuda de estados y municipios, pues todos estos recursos serán inyectados a la reactivación de las economías locales.