Con los nuevos semáforos rojos y la reactivación económica en vilo, hay mucho que se puede hacer para dar certeza tanto a la economía como al autotransporte, empezando por la prudencia y responsabilidad de cumplir con los protocolos sanitarios, toda vez que el sector es una actividad esencial. 

Entre los trámites pospuestos y no tan ágiles como lo demanda el autotransporte, la inseguridad, corrupción, renovación vehicular, déficit de operadores y, otra vez, la pandemia, hay mucho trabajo por hacer desde cada trinchera, sobre todo con miras hacia 2021, donde sí se puede abonar para tener un crecimiento sólido y seguro.

Elías Dip, presidente de la Confederación Nacional de Transportistas Mexicanos (Conatram) considera que 2021 habrá de ser, sí, un año de recuperación, pero ésta será más lenta en la medida en que no se tomen cartas en cada uno de estos asuntos, pues por mucho que aumente la demanda de transporte, la competencia desleal creará una brecha aún más grande. 

“Nosotros vemos una recuperación natural, impulsada por el TMEC y el nuevo gobierno en Estados Unidos, sin embargo, si las autoridades hicieran su trabajo y fueran sensibles a las necesidades del autotransporte, la recuperación sería más ágil y esto siempre será benéfico para todos”. 

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Por otro lado, también refiere la importancia de atender otras industrias medulares para el transporte, como el turismo, pues fue uno de los más golpeados por la pandemia del nuevo coronavirus y que directa e indirectamente han afectado al autotransporte, tanto de personas como de mercancías. 

Y finalmente, hace un llamado para que todos los actores de esta industria pongan de su parte para salir más rápido de la crisis: fabricantes, proveedores, generadores de carga y los propios transportistas estén conscientes de la situación y, por un lado, todos sean responsables con la pandemia, y por otro, incluso estén dispuestos a ganar menos, pues en época de crisis, no se trata de perder, sino de ajustar.