El autotransporte en México, que ha tenido que adaptarse a un entorno más exigente por las políticas arancelarias de Estados Unidos, enfrenta uno de los retos más apremiantes en el sector: establecer adecuadamente las tarifas.
Un cálculo preciso de los fletes, refieren los especialistas financieros, es indispensable para la viabilidad de las empresas del autotransporte, en especial para los hombres-camión, que representan el 80.3% del total de las unidades económicas de esta industria, según cifras de la Dirección General de Autotransporte Federal (DGAF) de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT).
Alfredo Gómez Bobadilla, asesor financiero especializado en transporte, expone que uno de los aspectos a considerar al momento de definir el costo de los fletes es el tamaño de la compañía.
“Solemos analizar el transporte de carga como un ser monolítico, pero existen diferencias regionales y estructurales en las empresas consolidadas, es decir, aquellas que tienen más de 50 unidades, y los llamados hombres-camión, que cuentan con dos o tres unidades”, explica.

En México operan 215,045 empresas del autotransporte, de las cuales, 172,611 son microempresas (hombre-camión), 36,098 están en el rubro de pequeñas unidades económicas, 4,868 se ubican en el nivel de medianas y sólo 1,468 son grandes.
En el caso de las pequeñas, medianas y grandes empresas, cuentan con un departamento administrativo y jurídico para hacer frente a cualquier situación complicada, como los aranceles, y eso les permite establecer mejor su estructura de tarifas.
“Los negocios bien estructurados tienen la gran ventaja de identificar factores en sus rutas para definir sus costos de fletes”, menciona Alfredo Gómez al detallar que éstos pueden hacer uso de un indicador de costo por kilómetro en las rutas que requieren casetas o tienen tramos por sierras, donde el consumo de combustible es diferente.
Del otro lado está el hombre-camión, que no conoce a cabalidad los costos operativos a los que se enfrenta.
“Muchas veces no sabe si las personas que trabajan con él le hacen cambios de llantas a las unidades de manera indebida o no tienen controlado el uso de los neumáticos”, refiere el especialista.
Factores para el cálculo de tarifas
El transporte terrestre es uno de los pilares del comercio en México y juega un papel relevante en las exportaciones; tan solo el año pasado movilizó 375,009 millones de dólares en valor de carga hacia Estados Unidos, de acuerdo con la Oficina de Estadísticas del Transporte del Gobierno estadounidense (BTS, por sus siglas en inglés).
Esta cercanía con Estados Unidos, su principal socio comercial, hace que las carreteras mexicanas sean rutas vitales para el flujo de mercancía, obligando a las empresas a calcular con precisión las tarifas.

Aunque no hay un método único para determinarlas, ya que pueden variar según el tipo de carga, distancia a recorrer y región, los financieros recomiendan tomar en cuenta los costos fijos y variables.
“No basta nada más con ver cuánto dinero tengo en la cartera cuando comienzo un viaje y cuánto tengo al final, hay muchos costos detrás, como el desgaste de las llantas, de las unidades, de los remolques, porque no es lo mismo circular en la serranía del sureste mexicano, que hacerlo a nivel de mar, donde están las unidades más expuestas a la salinidad del ambiente, o hacerlo en los desiertos del norte del país”, ejemplifica Gómez Bobadilla.
El experto considera que se debe ayudar al transportista para poder competir contra las grandes empresas del ramo.
Abrirse a la capacitación financiera
Para Alfredo Gómez, la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, a cargo de Jesús Antonio Esteva Medina, debería extender su abanico de capacitación en el sector del autotransporte.
“Debemos acercarnos al ámbito pedagógico, porque al transportista hay que hacerle llegar la información de una manera atractiva, tal vez preguntarles si verdaderamente están ganando lo que creen que están ganando por sus fletes”, sugiere el experto, quien lleva años laborando en el sector.
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Desde la Secretaría, recomienda, se debería fomentar la cultura financiera para que los pequeños transportistas entiendan mejor el negocio.
“Me parece que se podría estructurar un curso básico que les permita entender estos conceptos económicos para definir mejores costos”, destaca.
Estrategias para mejorar costos
Especialistas en finanzas aconsejan diversos métodos para reducir las tarifas sin comprometer la calidad del servicio.
Uno de ellos es consolidar la carga, es decir, agrupar mercancías de distintos clientes en un mismo vehículo, optimizando la capacidad del transporte.
El uso de la tecnología para los sistemas de monitoreo de flotas y la gestión de rutas, es otra de las prácticas que coadyuvaría a optimizar las tarifas; además del mantenimiento regular de las unidades.
“La posibilidad de tener identificada una estructura de costos permitirá, a su vez, generar un tabulador de tarifas para que el pequeño transportista pueda competir en mejores condiciones contra las empresas grandes, creando un entorno más parejo”, asegura Gómez Bobadilla.
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