La International Road Transport Union (IRU) revela que las perspectivas de ingresos para 2020 siguen siendo sombrías en todo el sector a nivel mundial y prevé que las empresas de autotransporte de carga perderán 679,000 millones de dólares y al menos 500,000 mdd las de pasajeros.

La situación reportada por el organismo internacional es particularmente desastrosa para Europa, donde las pérdidas pronosticadas para los transportistas de carga se han disparado en dos tercios desde el verano a 125,000 mdd, y se sitúan en 94,000 mdd para las flotas dedicadas al movimiento de pasajeros.

Si no se toman medidas inmediatas, agregó, se espera que estas pérdidas sigan aumentando durante la segunda ola de contagios.

La IRU destacó que un continuo impacto catastrófico de la pandemia por COVID-19 en la industria del transporte por carretera, con un riesgo de incumplimiento e insolvencia muy alto en todo el sector en todo el mundo.

El reporte agrega que hay señales preocupantes para 2021. Los indicadores financieros pintan un camino sombrío por delante, con altos riesgos de incumplimiento e insolvencia que enfrentan las empresas de autotransporte a nivel mundial.

Clasificadas en una escala de riesgo del uno al 10, detalla IRU, todas las regiones del mundo se encuentran en los niveles más altos; esto apunta a una ola inminente de quiebras en el transporte por carretera, que tendrá un efecto devastador en la economía mundial y su capacidad para recuperarse de la pandemia.

“La gran mayoría de las más de 3.5 millones de empresas de transporte por carretera que representamos son empresas pequeñas y medianas, y son la amalgama que mantiene unidas las cadenas de suministro y las redes de movilidad globales”, dijo Umberto de Pretto, Secretario General de IRU.

Agregó que la mayoría de los transportistas en el mundo están luchando para pagar sus facturas. “Esta es una gran amenaza para la economía global”, advirtió.

La Asamblea General de IRU hizo un llamado urgente a la acción de Gobierno del mundo. La ayuda solicitada es particularmente crucial en tres áreas: subvenciones en efectivo para abordar la liquidez, flexibilidad de las primas de seguros y exención de impuestos y cargos.

“Sin una acción gubernamental inmediata, un número impactante de empresarios del autotransporte irá a la quiebra en los próximos meses, causando daños irrevocables a las cadenas de suministro y redes de movilidad y, por lo tanto, devastando la economía mundial”, advirtió De Pretto.

Fundada hace 70 años en Ginebra, la IRU tiene representación en más de más de 100 países, incluyendo México a través de la CANACAR y CANAPAT.

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