La óptima administración de costos es una meta de cualquier negocio, incluidos los que participan en el sector del autotransporte. Para lograrlo, hay que remitirse a los puntos base y comprender qué integra el costo de propiedad de una flota.

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De acuerdo con Innotran, empresa de consultoría técnica en logística, el primer elemento y más importante que lo constituye es el costo del activo vehicular, compuesto por el precio inicial y el de venta de la unidad. 

El precio de las unidades de carga es variable de acuerdo con el modelo –tractocamión quinta rueda, rabón, torton, vocacional, etcétera– y por su configuración, que se define por la carga a transportar y el tipo de operación. 

El segundo elemento es el costo de la energía. Lo más común en las flotas de autotransporte es el diesel, pero el mercado también ofrece vehículos a gas y eléctricos. 

La cantidad de combustible se gasta tanto por la resistencia de la unidad al rodamiento, la orografía por donde transitan los camiones y la aerodinámica. Cada uno de estos tiene diferente impacto, pero los más importantes son los primeros dos. 

Ricardo Cortázar, socio fundador de Innotran, explica que la aerodinámica se vuelve relevante sobre todo en velocidades mayores a los 70 kilómetros por hora. Sin embargo, aún cuando la velocidad sea baja, la energía es el segundo elemento importante en el tema de la integración del costo total de propiedad. 

La productividad del vehículo es el tercer elemento del costo total de propiedad. Se integra por la configuración y diseño del vehículo, el tiempo que está en operación y la vida útil del activo.

Es decir, una parte es cómo se diseña y configura el vehículo según la carga y la cantidad de vehículos que se requerirán para determinada actividad, y el otro es cuánto tiempo estará la unidad produciendo. 

“Se refiere a cuánto está cargando un vehículo contra otra configuración disponible en el mercado. Un vehículo está hecho para trabajar, si de los 365 días de un año, un total de 320 está trabajando o 350, bueno, pues eso es la productividad del vehículo como días de operación”, explica Ricardo Cortázar. 

Y el cuarto elemento es el gasto de mantenimiento. Éste ayuda a garantizar la productividad del vehículo y mantenerlo el mayor tiempo en operación. 

Se compone de tres elementos: mantenimiento predictivo, preventivo y correctivo, que se requieren en diferentes periodos y según la antigüedad de la flota. 

Un vehículo con apenas un año es altamente productivo porque todos sus componentes son nuevos. Y uno de mayor antigüedad requiere más mantenimientos correctivos y mayor tiempo para la ejecución, lo que causa una reducción en la productividad y aumento en el gasto. 

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