Con signos de recuperación en la demanda de servicios y un mercado que empieza a mostrar mejoría, el financiamiento accesible será el aspecto que dé mayor certidumbre a las empresas de autotransporte para reactivar la renovación de la flota, reveló el Termómetro TyT.

De acuerdo con el ejercicio de opinión semanal, el cual reunió 409 votos a través de la cuenta de Twitter @revistatyt, el 57.7% de los participantes (235) considera que los esquemas de financiamiento serán la clave en la modernización del parque vehicular del autotransporte en la nueva normalidad.

Al respecto, Miguel Elizalde, Presidente Ejecutivo de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT), señaló que la reactivación de los incentivos para financiar, principalmente, a los micro y pequeños transportistas será fundamental para acelerar la recuperación del mercado mexicano.

“Si enfocamos los esfuerzos de política pública para, a través de la banca de desarrollo, incentivar el financiamiento de las unidades de vehículos pesados – en especial para los micro y pequeños transportistas –, podríamos adelantar la recuperación posiblemente para el próximo año”, expresó.

El líder de la industria productora de vehículos pesados en México agregó que aún es  tiempo de incentivar el financiamiento para impulsar la renovación de la flota, lo cual ayudará a reducir emisiones, hará más competitivo al sector, a los vehículos más seguros e impactará de manera transversal a toda la movilidad del país.

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Por otro lado, el Termómetro TyT indicó que pare el 19.6% de los votantes (80), el freno a la importación de vehículos pesados usados es lo que dará certidumbre a los compradores.

Y es que, de acuerdo con la ANPACT, tan solo en mayo ingresaron al país 340 tractocamiones, mientras que los afiliados a esta organismo colocaron 250 unidades. El peligro está en que, en la mayoría de los casos, los vehículos tienen un promedio de 16 años de antigüedad. “Estás importando un problema, un vehículo que no es competitivo, que consume más combustible y contamina más”, comentó Miguel Elizalde.

El directivo advirtió que en los primeros tres meses del año —cuando el SARS CoV-2 aún no tenía mayores efectos en la economía de México— se observó un importante incremento en la importación de vehículos de carga usados, este fue de 29.3% anual.

“Es el momento de apoyar al autotransporte, ¿cómo? Mantener a la baja la importación de vehículos usados con el control de las irregularidades que pudieran presentarse en la importación de vehículos de desecho de Estados Unidos, impulsar el mercado interno con financiamiento de la banca de desarrollo, con incentivos verdes”, expresó.

Sobre el tema, concluyó que habrá que solicitar a las autoridades aduaneras poner especial atención a la importación fraudulenta de vehículos, por subvaluación.

En tercer lugar en el Termómetro TyT se colocó, con el 12.7% de la votación (52) el regularizar el emplacamiento como principal aspecto para reactivar la renovación de flotas.

Al respecto, Jorge Martínez Madero, Presidente del Comité de Camiones de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), señaló que la falta de agilidad en dicho proceso es un freno para el repunte del mercado de vehículos pesados.

Destacó que la comercialización en Estados Unidos comienza a presentar signos de recuperación y, para que también se dé en nuestro país, se requiere que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) dé certidumbre en el emplacamiento de las autorizaciones provisionales para circular vigentes, así como de los trámites a través del nuevo sistema de citas.

Madero reveló que tienen detectados clientes transportistas que no concretan sus pedidos mientras no se agilicen los trámites por parte de la SCT y que ésta finalmente dé cause al rezago que se generó durante el cierre de actividades, derivado de las medidas de contención de propagación del COVID-19.

Finalmente, el Termómetro TyT indicó que solo el 10.3% de los votante (42) señaló que un mercado secundario sólido dará certidumbre a la renovación del parque vehicular. Se trata de profesionalizar este nicho con programas de financiamiento diseñados para esta necesidad, además de una cultura en el propio transportista para que sea consciente del valor que las unidades de segundo propietario ahora tienen.