La infancia de Francisco Rey Dávalos Salazar fue muy dura. Le tocó trabajar desde niño y, aunque es de San Luis Potosí, muy pronto su familia se mudó a Monterrey, Nuevo León, donde hizo de todo, hasta que en la adolescencia aprendió a manejar camiones y autobuses, y justo ahí fue el origen de Auto Express Dávalos. 

Apenas tenía 12 ó 13 años y ya manejaba un camión de volteo y, de hecho, sus hermanos también andaban arriba del camión y con el tiempo todos se hicieron operadores. 

Luego se pasó a los buses y también ahí aprendió bien el oficio desde muy joven, tanto que su 10-28 era “El Niño”, pues todos sus compañeros eran mucho mayores que él.

Y así se hizo operador, entre camiones y buses, en una empresa llamada Treviño que por aquellos entonces gozaba de mucha fama y después en Auto Express del Bravo, lugares en los que aprendió y se ganó la confianza y el respeto tanto de dueños como de sus colegas. 

Siempre en el volante, hasta que en 2003, cuando dejó de trabajar para Transportadora Universal (TUNSA) esa misma línea le vendió un camión con su remolque, para que se independizara. Y así fue como nació Auto Express Dávalos. 

Y eso hizo, se puso a trabajar su propio tractocamión y también le enseñó a su hijo y tocayo, Paco, pues desde niño andaba muy inquieto con que quería aprender, así que no tuvo más remedio que instruirlo para que aprendiera bien 

Paco quería hacer su propio camino así que también se metió a trabajar en distintas empresas de autotransporte mientras su padre seguía sembrando una semilla para que germinara en el futuro. 

Y fue cuando el hijo dejó la empresa en la que trabajaba, juntó sus ahorros y los invirtió con su padre para comprar un segundo tractocamión. Ahora eran socios, colegas y compañeros de trabajo. Sabían que de esa forma podían generar más y mejores oportunidades para Auto Express Dávalos. 

En esta historia las cosas no han sido fáciles, ya que a ambos, desde siempre, les tocó meterle mano a los camiones, hacerles talachas, lavarlos, arreglarlos y tenerlos siempre al cien.

Hoy, Paco recuerda que aunque modesta, su flota fue creciendo a base de esfuerzo y, eso sí, los camiones siempre han estado en óptimas condiciones, pues también han aprendido que el servicio inicia desde la presentación, desde cómo se ven los camiones y cómo luce el operador.

También les ha pasado de todo, al grado de estar fuera de casa durante semanas, pararse a dormir en un parador con la zozobra de que alguien les abra el remolque o les quiera robar el camión. 

Y con sus altibajos, Auto Express Dávalos ha sabido aprovechar las oportunidades que han tenido y también provocar cosas buenas para su operación. Como en la pandemia, que por fortuna para ellos, tuvieron más trabajo y le sacaron provecho, ya que su trabajo siempre fue considerado esencial, al igual que el de sus clientes. 

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Ahora, en el presente, saben que deben seguir trabajando con ahínco para seguir creciendo y generando empleos, para construir un patrimonio para sus familias y tener siempre la sensibilidad y el agradecimiento de que hacen lo que más les apasiona, pues en el caso de ambos, saben que nacieron para esto.