El Consejo Nacional de la Industria del Blindaje (CNIB) alertó que, en los últimos años, este sector se ha visto afectado por la práctica desleal de empresas que sacrifican la calidad a cambio de ofrecer precios “competitivos”, poniendo en el mercado productos de baja calidad en los segmentos vehicular, corporal, táctico y arquitectónico.

Alma Díaz, representante de la Comisión de Blindaje Táctico, explicó que  el usuario de blindaje vehicular debe revisar la configuración de este proceso, ya que hay empresas que al pegar el material al automotor hacen ajuste al paño y eso es un hueco balístico. “Si el proyectil pega en esa unión, el material se abre y la bala penetra”, señaló.

De igual manera, debe cerciorarse de que exista un traslape de entre cinco y ocho centímetros, lo cual va a garantizar que el proyectil no despegará el material y no podrá penetrar.

“Este trabajo implica más horas, mayor cantidad de material colocado, y muchas empresas que no son éticas, no invierten tanto material, ahorran mucha mano de obra y por eso dan un servicio más barato”, aseguró.

La experta agregó que otro punto que en el que el usuario debe centrarse es que un vehículo blindado debe llevar runflats, que es la protección que se coloca dentro de las llantas y que es esencial cuando, en caso de un evento balístico, la unidad pueda seguir adelante y no se quede varada.

“Lo peor que puede pasar es quedar totalmente varado porque entonces puedes ser objeto de un ataque más severo. El runflat te ayuda a salir de ese evento, aunque tenga pinchados los neumáticos, el estar en movimiento es lo que salva la vida. El vehículo blindado no es un bunker, es un elemento evasivo que te ayuda a salir con vida de un evento balístico, pero la idea es que te dé tiempo extra para salir avante”, advirtió Alma Díaz.

El CNIB recalcó a través de un comunicado, que el blindaje en todos sus segmentos debe cumplir un solo objetivo: salvar vidas y, para que un chaleco antibalas, un vehículo o una puerta que han sido blindados, cumplan con su función en un evento balístico, deben estar hechos con materiales de calidad, certificados y probados, que realmente garanticen la seguridad de los usuarios, pero eso tiene un costo.

Alma Díaz compartió que no hay blindajes caros, ni baratos, lo que hay son blindajes buenos y malos; por lo que, opinó, si una persona va a adquirir un producto blindado debe verificar los materiales de fabricación, que sean balísticos, que estén certificados por laboratorios internacionales y que haya una garantía de que resguardará su seguridad.

Por otra parte, Ignacio Baca, Presidente de la Comisión de Comunicación y Difusión, indicó que hay muchos elementos que el usuario debe conocer a la hora de adquirir un producto blindado, comenzando por la reputación empresa.

Agregó que, difícilmente, un proveedor de blindaje que no cumple con todos los estándares de seguridad, puede ofrecer un seguro de responsabilidad civil con aseguradora nacional. Además que es exigible que el cliente solicite a la empresa que demuestre que cuenta y cumple con un sistema de gestión de calidad como lo es ISO 9000.

Respecto al tema de la calidad en el blindaje, John Valbuena, Presidente de la Comisión de Blindaje Corporal, recomendó al consumidor que, cuando necesite de algún producto blindado, antes de adquirirlo verifique muy bien a la empresa, que las certificaciones sean reales y la póliza de seguro de 20 millones de dólares es un plus de las compañías fuertes.

Finalmente, René Fausto Rivera Arózqueta, Presidente de la Comisión Ejecutiva del CNIB, aseguró que la diferencia entre un buen trabajo y un mal trabajo, puede ser la vida y la muerte. “Hay empresas y personas que lo que buscan es calidad y no reparan en el precio porque el precio se olvida, pero la calidad perdura”, concluyó.

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