Desde niña, Pamela siempre se sintió intrigada por saber de dónde venían las cosas; en su inocencia, se preguntaba qué significaban las etiquetas de “Made in…” y cómo es que un producto viajaba hasta llegar a sus manos. Con el tiempo, se dedicó a ver a su padre trabajar, y dado que la mayor parte de su carrera profesional laboró en temas de logística para el sector energético, por él conoció sobre cálculo de volúmenes de importación, diseño de rutas de distribución y hasta cómo plasmar todo eso en un Excel. 

En suma, considera que su incursión en la industria logística fue muy natural y guio sus pasos hacia estudiar la carrera de Comercio Internacional en el Tec de Monterrey y hacer una maestría en Logística y Cadena de Suministro en la Anáhuac. 

No fue una sorpresa que su primer empleo formal fuera en el área de customer service en una de las navieras más grandes del mundo: “Empecé duro, no fue con la parte más blandita de la logística, es decir, en una naviera y en el área de servicio al cliente; la verdad es que o le agarraba amor u odio”, comparte en entrevista para TyT.

En sus palabras, afortunadamente fue cariño lo que le nació por este sector. Y es que descubrió una industria que constantemente se transforma y está obligada a reinventarse. 

Es un aspecto que ha observado a lo largo de su trayectoria y en su actual posición en la administración pública federal: cómo en diversos sectores las áreas de logística y cadena de suministro salen de lo convencional y responden a cualquier cambio que suceda en el mundo. Por ejemplo, con la llegada de la COVID-19, fueron clave para el crecimiento del eCommerce y el desarrollo de las cadenas de frío que requerían las nuevas vacunas.

“Lo vimos en la pandemia, y no me voy a cansar de decirlo: los logísticos fueron los que sacaron a flote el barco. Vimos cómo surgieron nuevos modelos de negocio que jamás hubiéramos imaginado, pero que por la necesidad tuvieron que crearse y se fortalecieron. 

Pamela Miranda, experta en logística.

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Mujeres que inspiran 

Pamela Miranda reconoce que hay retos que, en general, enfrentan los profesionales de la cadena de suministro, como la inmediatez para solucionar problemas o dar resultados; sin embargo, hay algo más profundo que particularmente el género femenino enfrenta: “En ocasiones, sentir que cuando entramos a nuevos espacios tenemos que demostrar que sabemos, que no nos ganamos el lugar en el que estamos de la nada, sino que fuimos construyendo el poder estar ahí”, precisa. 

Respecto a la presencia de las mujeres en la logística, la entrevistada reconoce un avance en cuanto a representación, pero no al ritmo que se necesita para que genuinamente las nuevas generaciones vivan una realidad distinta.

En este sentido, Pamela Miranda considera relevante que las empresas generen las condiciones para incorporar a más mujeres en sus plantillas, pues no se trata solo de un tema de concientización, sino de realmente resolver lo que les impide estar en este sector: “Los números jamás mienten: el 70% de asalariadas no cuenta con prestaciones de guardería o de cuidados maternos”, ejemplifica.

Por ello, hace un llamado a las organizaciones a ir más allá de la sensibilización y la intención ante estas problemáticas y emprender acciones contundentes que generen las condiciones para incluir a más mujeres, ver esto como una inversión y arrancar con proyectos piloto para medir en los KPIs y el impacto de cada iniciativa.

Desde su trinchera, Pamela busca involucrar directamente a un mayor número de mujeres y, al igual que varias colegas y su propia madre la han motivado para seguir creciendo como profesional, hará lo propio para que más se sientan atraídas por este sector y con la oportunidad de explotar su potencial: “Porque la palabra inspira, pero el ejemplo arrastra”.

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