La organización Empresas Globales en México, dio a conocer en su reciente publicación “20 Ideas para México, propuestas y acciones para prosperar juntos”, que el país requiere paradores y corredores seguros que garanticen que las cadenas de valor no sean interrumpidas por los robos y la delincuencia que azota al país.

“Uno de los principales retos en materia de seguridad que afectan a las empresas es el robo al transporte. La inseguridad carretera funciona como un impuesto en muchas regiones y hace más difícil su integración. Garantizar la seguridad en el transporte debe ser una prioridad para incrementar la inversión y el comercio, aprovechando las tendencias del nearshoring”, señala el Capítulo V del presente estudio.

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De acuerdo con Empresas Globales que operan en México, la violencia y la inseguridad en el país provocaron en 2022 un impacto económico de 4.6 billones de pesos, lo que significó 18.3% del Producto Interno Bruto (PIB), o bien, de 35,705 pesos por persona.

Destaca que, aparte de las pérdidas que la inseguridad provoca de manera general, también impacta fuertemente en uno de los motores principales de la economía: las pequeñas, grandes y medianas empresas, tanto a las nacionales como a las extranjeras, mismas que pueden perder el interés en invertir o reinvertir por el creciente robo de sus mercancías.

Sólo el año pasado se cometieron 13,848 robos a transportistas a nivel nacional, cifra que se elevó 4.8% respecto a los resultados de 2022, según datos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), y de la Fiscalía General de la República (FGR).

El plan de coordinación para emplear rutas seguras contempla además:

  • Fortalecer los operativos en carreteras, como el programa Escalón de la Guardia
    Nacional, para garantizar la seguridad en los tramos donde se ha incrementado el robo al
    autotransporte.
  • Reforzar la capacidad de respuesta de las autoridades de seguridad en todo momento,
    principalmente en zonas de alto riesgo.
  • Establecer esquemas adecuados de coordinación entre fuerzas federales, estatales y
    municipales para la atención en zonas carreteras limítrofes.
  • Reforzar la capacidad operativa mediante el aumento del número de elementos y una
    mejor organización.
  • Capacitar a los elementos en materia de seguridad carretera.

“La escalada de violencia e inseguridad es un disuasivo para la inversión y daña la reputación de México como destino seguro. Ello tiene consecuencias negativas para la economía, deteriora el clima de negocios y reduce nuestra competitividad en un momento en el que necesitamos aprovechar las oportunidades que significa el nearshoring”, señala el documento.

En este momento en el que las cadenas de suministro están restablecidas tras el golpe que representó la pandemia a la economía mundial y el auge de la relocalización de empresas extranjeras en México, es importante reconocer que se requiere mejorar la seguridad para los transportistas, ya no sólo con las acciones de la Guardia Nacional, sino con espacios adecuados.

Paradores seguros

La organización anunció en abril pasado que propondría a los candidatos a la presidencia de México para el periodo 2024-2030, el plan “Coordinación para emplear rutas seguras”, en el que destaca la necesidad de implementar paradores seguros y corredores regionales.

Para lograrlo, Empresas Globales explica que se necesita la colaboración de distintas autoridades, como la de la Secretaría de Infraestructura Comunicaciones y Transportes (SICT).

También sugiere establecer un grupo de trabajo entre las autoridades correspondientes, “por ejemplo, grupos de coordinación de seguridad estatales, y un grupo de compañías para crear sinergias, definir objetivos, mecanismos de trabajo, responsables de actividades, entre otros”, agrega el estudio de Empresas Globales.

Datos de la SICT indican que, en la Red Federal de Autopistas de Cuota, hay alrededor de 130 paradores y 240 en la Red Federal Libre de Peaje; sin embargo, autoridades y transportistas refieren que, tal como lo señala la SICT, son paradores de servicio, lo que no necesariamente implica que sean seguros, ya que muchos sólo son patios o estaciones de servicio.

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Al respecto, la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (CANACAR), así como empresas privadas —entre ellas las que integran a los concesionarios de autopistas—, han manifestado su interés por construir paradores que, además de ofrecer espacios como comedores, baños, regaderas y estacionamiento, tengan un sistema de seguridad eficiente.

De ese modo, la CANACAR y la SICT han anunciado que trabajan de la mano para la instalación de nuevos paradores, los cuales se estima que sean alrededor de 110, y se harán conforme a un esquema de Asociación Pública- Privada (APP) para poder asegurar su financiamiento, aunque a la fecha no se han mostrado los primeros resultados.

Corredores en la mira

La organización Empresas Globales recomendó también la instalación de corredores seguros en donde más asaltos al transporte de mercancías se registran constantemente.

Una propuesta para el corto plazo es iniciar con una selección de cuatro corredores carreteros con alta incidencia delictiva, y enfocar los esfuerzos para reducir los índices de delincuencia y los accidentes viales y, posteriormente, añadir de manera incremental a todas las carreteras del país”, indicó.

Las rutas de corredores seguros que propone el estudio por orden de priorización son:

  1. Chalco – Puebla – Orizaba – Acayucan.
  2. Lázaro Cárdenas – Querétaro.
  3. CDMX–San Luis Potosí – General Escobedo.
  4. Manzanillo – León, Guanajuato / Manzanillo – Morelos – Michoacán.
    Para el logro de este objetivo se recomienda:
  • Compartir información precisa en tiempo real sobre el tipo de delito, la ubicación y la hora exacta en la que sucede para encontrar tendencias y actuar en consecuencia.
  • Una vez identificados los puntos críticos, diferenciar si la jurisdicción es estatal o federal.
  • Establecer un grupo de trabajo entre las autoridades correspondientes, por ejemplo, grupos de coordinación de seguridad estatales, y un grupo de empresas para crear sinergias.
  • Enfocar los recursos en la disuasión en esas áreas críticas, y el desmantelamiento de los grupos más violentos.

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