Ya sea por la productividad de cada unidad, eficiencia energética o seguridad vial, la antigüedad de una flota de autotransporte es un tema fundamental para el sector, particularmente en el servicio federal, pues estos vehículos son responsables de movilizar 556,411 miles de toneladas de mercancías al año y al 96% de los pasajeros que transitan por el país.

Las cifras de la Dirección General de Autotransporte Federal (DGAF) indican que, durante 2018, de los 496,057 camiones y tractocamiones registrados, el año modelo más popular fue el 2008. Aunque son 25,032 las unidades contabilizadas, que representan solo el 5.04% del total, los vehículos con 10 años de antigüedad encabezaron la lista. 

Sin bien casi tres de cada 10 vehículos de carga en las carreteras federales pertenecen a la última década –año modelo entre 2010 y 2019–, aún circulan unidades con casi 60 años de antigüedad. De hecho, se tienen contabilizados 482 camiones y 570 tractocamiones de 1960.

Las unidades de arrastre, por su parte, tienden a ser aún más viejas. Datos de la DGAF señalan que más del 40% de los remolques y semirremolques poseen más de 20 años de antigüedad. De hecho, de las 486,335 unidades registradas, el año modelo más popular es el 2000.

Entre los autobuses para el servicio federal de traslado de pasajeros, el modelo 2003 resultó el de mayor registro, seguido del 2017; mientras que en el transporte turístico es el 2018.

Cabe mencionar que según la propia Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), al final de 2018, la antigüedad promedio de las unidades de autotransporte era de 15.55 años –16.6 para carga y 11.5 para pasaje–. Sin embargo, la cifra se incrementó durante el primer bimestre de 2019 a 17.22 años, cuando los vehículos de carga llegaron a los 17.96 años y los autobuses a los 12.79. Lo anterior es un reflejo de que la tendencia se aleja cada vez más de una flota moderna en circulación.

El marco legal

Actualmente no hay una norma que restrinja el tránsito de las unidades de carga por su edad. Más bien, existe la iniciativa para renovar el parque vehicular: el Programa de Chatarrización, el cual está prácticamente congelado desde el año pasado y la actual administración federal no da señales de reactivarlo.

En contraste, lo que sí se ha regularizado es el reponteciado de unidades, es decir, cambiar partes del camión –a excepción del chasis– para mantenerlo más o menos actualizado. El Acuerdo sobre el Carácter Esencial de los Vehículos de Autotransporte, emitido en el año 2000, es precisamente el documento que da un marco legal —principalmente respecto a la importación de autopartes— a esta práctica popular entre los pequeños empresarios y hombres-camión.

No obstante, para el segmento de pasaje, el panorama es diferente. El Reglamento de Autotransporte Federal y Servicios Auxiliares da claridad sobre la edad máxima que deben tener los autobuses según su tipo de servicio:

• De lujo y ejecutivo: último modelo fabricado en el año que entre a servicio y hasta 10 años de antigüedad.

• De primera: de hasta 10 años, en el momento que ingrese a servicio, con límite en operación de 15 años, contados a partir del año de su fabricación.

• Económico: antigüedad máxima de 12 años al ingresar a servicio y límite en operación de 15 años contados a partir del año de su producción.

Comparando números

Los datos se vuelven aún más alarmantes cuando se contrastan con las cifras en otros territorios. Por ejemplo, en Estados Unidos, el registro más actualizado revela que durante 2017, la flota de camiones comerciales presentó una edad promedio de 11.9 años, mientras que en los tractocamiones es de 12.5. Durante 2016, Brasil poseía una flota de un millón 883,867 camiones con una edad promedio de 10 años y tres meses. No obstante, se estima que el 85% de éstos —unos 600,000 vehículos—, son propiedad de hombres-camión.

Según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la flota de otros países de la región latinoamericana como Colombia, Belice, República Dominicana y Nicaragua, supera los 17 años de antigüedad.

Un fenómeno que este análisis destaca, es la diferencia entre la edad promedio de los camiones rígidos y los vehículos de carga de largo recorrido, los cuales pueden alcanzar desde los siete hasta los 11 años de antigüedad. 

Finalmente, la Asociación de Fabricantes de Automóviles Europeos (ACEA, por sus siglas en inglés) señala que, en 2016, la edad promedio de los vehículos comerciales pesados en el viejo continente era de 12 años.