A lo largo de su historia, el sector automotor se ha desarrollado a una gran velocidad con unidades dotadas de más tecnología que buscan optimizar su eficiencia, proporcionar comodidad al conductor, proteger la integridad de todos los usuarios de las vías y, en años recientes, disminuir sus niveles de contaminación. En línea con ello, los expertos en mantenimiento se han visto en la necesidad de entender su funcionamiento para diagnosticar sus fallas y repararlas.

Jerónimo Cervantes, miembro del Consejo de Mantenimiento y Tecnología (CMT), señala que los técnicos han ido evolucionando conforme se ha desarrollado la propia industria, tanto en vehículos ligeros como pesados. Y, aunque esta actividad tiende a ser muy empírica y a veces hasta repetitiva, se ha llegado al punto en el que se requiere alto grado de especialización.

Nuevos paradigmas

La entrada en vigor de normativas demanda que las unidades al servicio del autotransporte incluyan un avanzado estándar de motorización y dispositivos que abonen a la seguridad vial. ¿Y quién vela porque funcionen en óptimas condiciones? Desde luego, el responsable de dar mantenimiento a la flota.

Alejandro Romero, colaborador del Centro de Estudios Tecnológicos para el Transporte (TecTransporte) alerta que, particularmente sobre la NOM-044, los técnicos de las empresas transportistas y de talleres independientes no están informados ni preparados para la nueva generación de motores.

No obstante, aclaró, los fabricantes y proveedores de equipo original se han preocupado por capacitar a su Red de Distribuidores –tanto en el área de mantenimiento como en la fuerza de ventas– sobre estos temas. Entonces, el reto está en vincular al resto de técnicos, pues son ellos quienes solventan gran parte del servicio que se le da al parque vehicular en circulación.

En este mismo sentido se pronuncia Cervantes, quien agrega que, en un principio, los problemas no se verán sino hasta tiempo después, cuando, naturalmente, las unidades requieran mantenimiento.

Aunque una nueva generación de motores implica diversos retos, lo que el técnico debe conocer es el funcionamiento de los sistemas de postratamiento y el uso adecuado de la urea.

El especialista en mantenimiento, por ejemplo, debe estar consciente de que los sistemas SCR tienden a taparse con hollín. Jerónimo Cervantes explica que debe ser capaz de diferenciar entre aquellos que pueden “autolimpiarse” de los que requieren un proceso manual que varía en cada marca; en cualquier caso, la recomendación es informarse directamente con el fabricante sobre el procedimiento. Y aunque el técnico puede realizar esta tarea, el gran inconveniente, dijo, es que se corre el riesgo de mantener al vehículo detenido hasta por 24 horas.

En el caso de la urea, los expertos señalan que, pese a ser un químico de alta especificación, no es necesario que el técnico cuente con conocimientos en esta área. Su labor consiste en vigilar que ésta esté en el 32.5 % de la mezcla a través de mediciones que van desde utilizar una probeta, hasta sistemas digitales que, con una sola gota, revelan que esté en el porcentaje correcto.

Si no se coloca la cantidad adecuada o es una urea de baja calidad, se provocarán obstrucciones que eventualmente dañarán al sistema; además, según la marca, el propio motor disminuye su potencia hasta en un 30% de su capacidad, provocando que el vehículo circule a baja velocidad.

Asimismo, el staff de mantenimiento debe tener cuidado con este químico, aunque no sea corrosivo al contacto humano, pero sí con los metales, por  lo que debe manejar con bombas de plástico; además se debe mantener lejos del sol.

Ignacio Montoya, también colaborador de TecTransporte, destaca que, tanto los sistemas SCR como el depósito de urea, cuentan con alertas sobre alguna falla.  Y ahí es donde el técnico se enfrenta a otro reto: ubicar perfectamente para qué sirve cada sensor.

Por otro lado, hay una evolución aún más grande dentro de los vehículos: la electrónica. Gustavo Cardelas, especialista técnico independiente, explica en entrevista para TyT que, si bien la mecánica del ciclo a diesel es prácticamente la misma, se han registrado cambios importantes en los sistemas de inyección de combustible y en la eficiencia que adquiere el motor, las cuales son mejoras impulsadas por esta área. 

“El técnico debe dominar la electrónica, como sistema base”, advierte. Incluso considera que en el futuro más bien debería ser llamado ingeniero en electrónica automotriz. ¿Por qué? Ahora los vehículos no solo cuentan con computadora de motor, sino que tienen un módulo con control electrónico y en el futuro se verá la implementación de elementos de seguridad activa y pasiva, sistemas de dirección propia y de asistencia al operador, todos ellos controlados de forma electrónica.

“Los sistemas tanto de motor, de transmisión, de motor y frenos, al ser electrónicos, se convierten en un sistema interconectado y lo que nosotros vemos, es que el técnico debe tener ahora una capacidad mayor de análisis de problemas”, menciona al respecto Alejandro Romero.

Otro de los aspectos que se han desarrollado en los vehículos pesados, es la telemetría. Si bien es el proveedor quien se encarga de instalar y solventar cualquier inconveniente con el equipo, para Romero es importante que el técnico se involucre y capacite de la mano de la marca, pues en muchas ocasiones él mismo podría hacer una reparación, ahorrando tiempo a las flotas. Además, debe saber cuál es el potencial de dichas tecnologías para su propia labor.

En el nuevo contexto, los expertos señalan que los técnicos deben cumplir con otras características como saber inglés, computación, tener capacidad de análisis, manejo de teléfonos inteligentes y tabletas, conocimiento de matemática aplicada y electricidad.

Capacitación: la clave

Actualmente existen diversas opciones de diagnóstico de fallas en un vehículo. No obstante, por sí mismas no representan una solución para el área de mantenimiento.

“Cualquier software de diagnóstico nos va a decir cuál es el problema, pero también hay que aprender a interpretar por qué pasa eso. Porque un buen diagnóstico te puede decir si es problema de operación, de desgaste en las piezas o de diseño. ¿Cómo se logra?  A través de la especialización. No basta con cumplir un entrenamiento o una carrera técnica, es preciso acercarse al conocimiento específico de los fabricantes”, explica Cervantes.

Cada armadora desarrolla su tecnología con sus propias características, y ofrece  sus manuales de procedimientos y servicio. “Los mejores técnicos son aquellos que sí siguen los manuales y se toman su tiempo para ver lo que dicen”, agrega.

Por su parte, Alejandro Romero considera que la capacitación debe ir totalmente de la mano de cómo se va actualizando la tecnología. En su opinión, las empresas transportistas deben contar con programas permanentes de profesionalización, con un enfoque en las unidades que conforman la flota, siempre apoyadas por las marcas y agrupaciones dedicadas a la profesionalización a través de conferencias y cursos.

Asimismo, en este proceso formativo, las compañías deben involucrar directamente  al personal del taller  y no solo a los encargados de flota. “Entre mayor capacitación y mejor capacidad tengan sus técnicos, menores serán los costos de mantenimiento y optimizarán sus camiones” explica Gustavo Cardelas, quien invita a las organizaciones a averiguar si sus técnicos están dispuestos a estudiar un diplomado o a actualizarse con seminarios.

Según Cervantes, los empresarios deben ser conscientes de ello, pues cada vez que se hace un mal mantenimiento, con el daño progresivo se llega a pagar hasta 10 veces más por una falla.

En este sentido, la compañía debe proveer un buen software (o escáner) de diagnóstico, así como el herramental para componer los vehículos de nueva generación.

La disposición del equipo de mantenimiento también es fundamental. Cervantes considera que, en muchas ocasiones, los técnicos que tienen más experiencia o son mayores ya no se muestran tan ávidos de conocimiento; sin embargo, deben tener muy claro que su labor es indispensable para la operación de toda una empresa.

Otro punto, dice a su vez Ignacio Montoya, es el hecho de que ahora hay  una generación de técnicos muy hábil en el manejo de herramientas electrónicas, pero sin experiencia en la práctica. “Uno de los aspectos es que las nuevas generaciones aprendan de las que ya tienen experiencia en el tema y viceversa, para que la gente con más práctica pueda canalizar ese conocimiento e incorporar las nuevas tecnologías y, entonces sí, tener técnicos muy completos”, expresa.

Respecto a la oferta educativa, Jorge Contreras, Presidente de Grupo CEDVA, destaca la formación integral de las nuevas generaciones y la posibilidad que da su institución de actualizarse en nuevas tendencias a través de las alianzas que mantienen con fabricantes.

“El que ha estudiado tiene un nivel de preparación totalmente elevado en comparación con alguien que no ha podido o querido estudiar”, menciona, y recomienda a quienes ya estén en el campo laboral actualizarse, para que el día de mañana puedan atender cualquier reparación.

El titular de la institución especializada en la formación de técnicos, recalca que el personal bien preparado ayuda a reducir los tiempos de estancia de los vehículos en el taller. “Es preciso que el rendimiento de la unidad sea el adecuado para que el transportista no pierda tiempo”.

Por otro lado, además del conocimiento que poseen los responsables de mantenimiento, Dafne Marenco, Directora General de TecTransporte, señala que éstos deben tener conciencia de lo que experimenta un conductor en la carretera.  “No solo en el tema material, sino también acerca de la vida de la persona al volante y de los que van alrededor, qué pasa si no hago bien mi labor”.